viernes, 18 de mayo de 2018

Norris y los ritmos circadianos


Os lo voy a poner fácil al principio y luego ya desarrollamos: Lando Norris tiene todo lo necesario para subirse a un F1 y hacerlo llegar lejos, lo que no tengo tan claro es que sea el conductor idóneo para un asalto al Mundial, ni siquiera como segundo piloto, puesto que le falta experiencia.

La idea es la siguiente: McLaren no ha roto con Honda y se ha pasado a Renault para contentar a un asturiano permitiéndole entrar regularmente en Q3 y arañando algunos puntos, quién sabe si alguna victoria aislada. El reloj del reglamento 2017 lleva tiempo avanzando y, con ésta, quedan tan sólo tres temporadas útiles para hacer algo más que eso, ya que en 2021 se hará tabla rasa y la Fórmula 1 iniciará nuevo periodo.

En este orden de cosas, lo lógico, al menos para mí, es considerar que el proyecto de Woking para este final de etapa tiene algo más de altura de miras y que alguien habrá pensado en algún momento, que se puede conseguir un título o dos de Marcas además de uno o dos de Pilotos antes de que se convierta en historia el bendito reglamento estrenado el año pasado.

Hay mucho dinero en juego, y como decía más arriba, el tiempo va pasando, de forma que poniéndonos en el mejor escenario para alcanzar el objetivo que he dibujado antes, 2018 se invertiría en consolidar un vehículo capaz de ofrecer tan gratas alegrías, para ya en 2019, remangarse y meterse en faena.

Stoffel Vandoorne está en entredicho en la actualidad porque al belga no se le ve capaz de llevar su auto un poquito más alla. Sinceramente, a mí me resulta demasiado apresurado hacer un juicio tan ramplón y cortoplacista. Sólo han trancurrido cinco carreras y el MCL33 todavía adolece de problemas de juventud; no sé, creo que antes de dictar sentencia habría que esperar un poco. En todo caso, aquí es donde entra Lando en escena, porque si tenemos un hombre que no sabe extraer lo mejor (sic) de un coche y viene apretando un tipo como él, lo normal es que la peña esté solicitando minutos para el de Bristol casi caiga quien caiga.

Pero volvamos sobre nuestros pasos, pues si Norris hereda el habitáculo de Vandoorne en 2019 va a necesitar un corto (o dilatado) espacio para adaptarse y aquí es donde surgen las pegas, porque en la hipótesis que vengo manejando no existe margen para una toma de contacto ni para un aprendizaje exprés.

Hacer de segundo piloto no es fácil, y menos cuando tu equipo pretende asaltar el Mundial. 

Las tres escuderías que están en cabeza en el campeonato 2018 cuentan en sus filas con escuderos fortísimos. Kimi, Valtteri o Daniel, están muy curtidos, atesoran una gran experiencia y llegado el caso, son perfectamente capaces de echarse el equipo a la espalda y sacarlo de un apuro. Obviamente está por ver qué daría de sí Stoffel ante una coyuntura similar —aquí también os confieso mis dudas—, pero lo que sí tengo meridianamente claro es que a Lando todo esto le vendría muy grande en 2019, precisamente porque no está lo suficientemente rodado.

Al británico lo único que no le hace falta ahora son prisas, y no es por nada, pero es algo que está mimando Zak Brown con él, porque resulta indudable que su tiempo llegará.

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien sabe, igual nos sale respondón y nos hace un Hamilton 2ª parte.




King Crimson

Anónimo dijo...

Justo el nombre que me vino a la mente antes de acabar de leer la entrada...

Si a diferencia de Max le enseñan a traer la nave entera a casa, pueda ser un buen negocio.