lunes, 22 de enero de 2018

De pintxos por Donosti


Era abril de 2013, creo. Sebastian Vettel, por entonces flamante tricampeón del mundo, se vino a Euskadi en compañía de herr doktor Marko y su novia. Estuvieron de incógnito en Bilbao viendo el Guggenheim y asistiendo al partido entre el Athletic y el Barça en el viejo San Mamés, y al día siguiente se fueron de pintxos y compras por la parte vieja de San Sebastián (Donostia), donde incluso llegaron a cenar antes de volverse para Alemania...

Para aquel instante los pilotos ya estaban a dieta. La cosa había empezado en 2009, cuando la incorporación a los vehículos del KERS (Kinetic Energy Revovery System) les obligó a cuidar la línea para que el peso mínimo no se fuera de baretas. 

Ross Brawn fue el patrón más inteligente de todos, pasó olímpicamente de poner el bendito cachivache en el Brawn GP001 y dejó que Jenson Button y Rubens Barrichello se cuidaran como les diese la gana. En todo caso, a pesar de la tregua de 2010 (no hubo KERS aquel año), para los conductores, incluso para el brasileño y el británico, había comenzado una etapa de restricciones alimenticias que mira tú por dónde ha llegado hasta nuestros días, pues el peso mínimo establecido por la FIA contemplaba hasta hace escasamente unos días la suma del que ofrecía el monoplaza y el de quien lo conducía...

Ahora ya no es así. El peso mínimo total continúa en 733 kilos para 2018, pero coche e individuo van por separado y a este último se le considera un estándar de 80 kilogramos como máximo, independientemente de su estatura o corpulencia, de forma que si no se alcanza, que salvo en el caso de Nico Hulkenberg está jodidita la cosa, se aplicarán lastres hasta completarlo.

A uno, que ya está curtido en estas lides, no le ha sorprendido para nada el debate originado a partir de esta idea. Está bien, entendedme, desligar al piloto de la esclavitud del reglamento porque con la salud no se debe jugar nunca. También me parece adecuado dar un margen en el que entran todos los hombres de la parrilla, incluso Nico, lo que ya no entiendo —como os pasa a muchos— es cómo coño se va a gestionar el tema del lastre, ya que no es lo mismo un peso repartido por todo un volumen corporal que un excedente que puede ser colocado en puntos estratégicos.

Las redes sociales, que son campeonas en esto de la creatividad, ya han imaginado mil localizaciones que evidentemente molestarían el desempeño del conductor porque afectarían a su comodidad en el habitáculo. Queda, obviamente, aceptar una de dos, o bien que la nueva norma ha salido un poco al tuntún y nadie tenía claro al proponerla qué soluciones se le debían dar, o bien que ya se tiene pensado que el lastre se podrá depositar de manera independiente al piloto en la zona del backet.

Claro está, asumir este camino supone asimilar que estamos ante una nueva laguna del reglamento que dará mucho que hablar, o que la delgadez de los conductores va a seguir siendo beneficiosa para la actividad porque cuanta mayor sea la diferencia de peso con los 80 kilogramos establecidos, mayor margen van a tener los equipos para ajustar y bajar los centros de gravedad y de inercias del monoplaza...

Está mal decirlo, pero Donosti (San Sebastián) es una ciudad casi tan magnífica como Bilbao, aunque sus pintxos de la parte vieja siempre han superado a los nuestros por muy poco, justo es reconocerlo. Así que espero que perdonéis que me tome la libertad de invitar al Grupo de Estrategia, a los representantes de la FIA y Liberty Media, para que se pasen por allí uno o dos días, paladeen los manjares de las barras y los rieguen con txakolí o buen Rioja, y recapaciten luego sobre esa manía que tienen de abrir brechas donde no las había y donde no deberían existir nunca.

Pones un peso mínimo para el vehículo sin contar con el piloto y te dejas de gilipolleces, y luego, que cada cual haga de su capa un sayo con su cuerpo serrano y su felicidad... Sinceramente, me parece lo más sensato.

Os leo.

3 comentarios:

enrique dijo...

La primera vez que lo leí pensé que era una broma. Van a tener que llevar lastres todos los pilotos!!!. Que facilidad tienen para crear problemas donde no los hay. Y que cobren por eso...!!

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días, Enrique ;)

Ya le darán dos vueltas o tres a esta idea, pero seguro que produce dolores de cabeza, ya lo verás :P

Un abrazote

Jose

Anónimo dijo...

Echa un vistazo a las motos para ver qué se puede hacer con la falta de peso o los lastres… o por qué la mayoría de los pilotos de motos son chiquitujos.
Cuando son jóvenes, con motos de poca potencia, pesar poco es una ventaja (relación peso-potencia) o porque se puede jugar con la posición del lastre. El resultado es que los pilotos “anchos de huesos” no despuntan. Y luego, con motos de más potencia, se quiere que aguanten mucho y estén musculados… lo que viene a ser, cerdos gordos que pesen poco.
Ah, y que aporten dinero al equipo… aunque de eso también hay por la F1…