lunes, 13 de noviembre de 2017

¿Quién ha salvado a quién?


Lo habíamos dejado en septiembre en que el embrollo McLaren-Honda-Renault, lejos de estar resuelto daba para tres o cuatro capítulos de Juegos de Tronos [The winner is...]. ¿Quién salvaba a quién?

La somanta de voces que pegó el sábado pasado Cyril Abiteboul a Helmut Marko pone de relieve que no andábamos muy errados. La relación entre Red Bull como entramado y su fabricante preferido —Renault ha dado a la austriaca sus cuatro Mundiales consecutivos (2010 a 2013)—, no era tan agria como imaginábamos sino bastante peor. ¿Insoportable para ambas partes?: juraría que sí, ahora y hace dos meses.

Volvamos sobre nuestros pasos. Aprovechando que Honda no respondía como esperaba McLaren, se supone que Liberty (Ross Brawn) y FIA (Jean Todt), tercian desde sus respectivas responsabilidades para que Woking encuentre una salida a tan asfixiante situación, lo que lleva a que se trabaje para convencer a Renault para que sustituya a la japonesa, prácticamente a la vez que Hasegawa apunta en la misma tarde a que la cosa entre ellos y los ingleses no van todo lo bien que se desearía pero jura y perjura que la alianza sigue vigente en 2018 y más allá [Seguiremos con McLaren el año que viene].

Hombre, aquello mosqueba lo suyo. Los nipones son rarunos por no tienen un pelo de tontos. O la maniobra no estaba avisada ni era tan urgente, o se estaba cociendo algo muy diferente a lo que trascendía a través de la prensa...

Una vez firmado el nuevo acuerdo y felicitados todos los presentes —ya sabéis: Honda propulsará a Toro Rosso el año que viene mientras Renault hará lo propio con McLaren y Red Bull—, la gala mueve sus cañones con dirección a Milton Keynes y a los de Mateschitz se les avisa de que no les seguirá suministrando en 2019, todo ello con Carlos Sáinz haciendo de pago en prenda o rehén, vaya usted a saber.

Red Bull amaga con que se va a los brazos de Aston Martin, pero es que está por ahí el asuntillo de TAG Heuer y resulta complicado olvidar que el CEO de la marca que hace de bandera de conveniencia para que Renault trabaje con la austriaca es Mansour Ojjeh, manús de la de Woking al 25%, dicen. Era patrocinador secular de McLaren, hasta 2015, instante en que la abandona cuando a Ron Dennis parece que ya le han puesto en la diana y en el pasillo de la puerta de salida, que ya es coincidencia.

No me lío mucho con este asunto porque daría incluso para entender por qué en 2018, un suponer, los coches británicos podrían no llamarse McLaren-Renault sino McLaren-TAG (Techniques d'Avant Garde), rememorando así la época existosa de comienzos de los ochenta del siglo pasado, cuando la vitola de la empresa de Ojjeh ocultaba propulsores Porsche Turbo.

Pero no adelantemos acontecimientos ni nos tiremos a la piscina tan pronto. Aunque no me digáis que no da para pensar mucho que mientras los de Honda han aceptado su nuevo papel con la de Faenza casi sin levantar la voz, en Red Bull y Toro Rosso están que trinan con Renault, como si la francesa los hubiese engañado y fuese ella a la que había que salvar en septiembre, razón por la que intervinieron Liberty y Todt y se revolvió Roma con Santiago con tal de llegar a un acuerdo.

En todo caso, os juro que yo me lo sigo preguntando: ¿quién ha salvado a quién?

Os leo.

1 comentario:

enrique dijo...

Pienso a largo plazo y creo que Red Bull saldrá ganando. En mis pensamientos más absurdos me da la sensación que Dennis se equivocó al vetar a Honda motorizar a Red Bull cuando en su día se planteó. Hubieran mejorado los tres.