martes, 15 de agosto de 2017

Las lágrimas de Gene


Puntualmente, fiel a la cita, Gene Haas ha comenzado a reflexionar sobre lo crudete que anda el negocio como hizo el año pasado, fecha de estreno de su escudería en El Circo, y seguramente como hará el año que viene por las mismas fechas, más o menos.

No le falta razón al de Ohio ni pretendo quitársela. La Fórmula 1 es, actualmente me refiero, un enorme monumento a la desigualdad que se explica en base a que hay uno, dos y con suerte tres equipos, que son mejores que el resto porque al resto no le queda otra que ser peores, que diría don Manuel Alcántara. 

Parece el mecanismo de un chupete, aunque por muchas vueltas que le demos no adquiere mayor complejidad. Mercedes AMG, Ferrari y Red Bull, son las mejores escuderías de la Fórmula 1 porque tras ellos hay siete aventuras, que se dice pronto, que apenas tienen una miserable oportunidad de cambiar las cosas.

La dependencia tecnológica de los suministradores es tran grande para las escuadras pequeñas, que se hace complicadísimo imaginar que Haas, por jemplo, pueda dar la campanada en cualquier carrera. Está además lo costoso que resulta todo, la falta de entrenamientos, la limitación de horas de túnel de viento y CFD, y, por supuesto, que se cobra bajo el paraguas de un sistema de reparto de dinero tan perverso e injusto, que sabiendo de antemano quiénes van a ser los ganadores y los perdedores, sacrifica a estos últimos sin compasión.

El jefazo de la de Kannapolis seguro que estaba avisado antes de dar el paso de meterse en el tinglado. De eso es culpable, de lo demás, tal vez no tanto.

El caso es que ha sido que hemos comenzado a saber de sus quejas en público ante el actual estado de cosas, y que siguiendo la rutina de todos los años hayan salido tras ellas los mamporreros de libro, los que dicen que la Fórmula 1 es un club selecto donde siempre han tenido cabida los mejores y donde los mejores siempre acaban sobresaliendo...

¿Siempre acaban sobresaliendo...? 

Si no existe competición en sentido estricto me parece muy aventurado afirmar que están los mejores y sobresalen los mejores, así que honestamente creo que Haas apunta a este escenario cuando afirma que resulta frustrante intentar competir cuando la brecha es tan grande entre los de arriba y los de abajo. 

Desde luego no parece faltarle razón aunque, obviamente, entiendo también a los que prefieren mirar para otro lado. Es jodido asumir que Tony Kanaan llevaba más razón que un santo cuando respondió a las críticas de Hamilton hacia la IndyCar con un sonoro «Compitió [Lewis] en un Mundial de dos coches y quedó segundo

Básicamente esto es lo mismo que nos está diciendo Gene...

Llorón o no, loser con galones o perdedor a ratos, el norteamericano está reclamando un cambio de cultura en el paddock, ya que por esas cosas que tiene la comodidad de saberse siempre con la verdad, a muchos se les olvida que en el santuario donde se dirimen los problemas y se perfila el futuro de la Fórmula 1, el Grupo de Estrategia, la perfidia se replica y sólo están los mejores, los que cobran más dinero que nadie, los que lo ganan todo. Precisamente los que menos falta hace que sigan cortando el bacalao si queremos seguir llamando deporte a todo esto.

Os leo.

1 comentario:

enrique dijo...

Hombre, llamar deporte a esto... Es cuanto menos ser optimista. Realmente se puede hacer una competición igualada? Interesa esto? Muchas veces no consiste en encontrar buenas respuestas, sino en hacerse las preguntas correctas. Una competición tan desigual es nadar para morirse a la orilla. De verdad no se dan cuentan los equipos que una competición igualada es mejor para todos?. Hace un tiempo leí en una entrevista a Frank Williams que cuando su coche era tecnologicamente superior al resto, accedió a prohibir las suspensiones inteligentes, porque realmente este hombre creía que era lo mejor para la competición.