jueves, 2 de junio de 2016

Estado de la Nación [Sauber]


Duele escribirlo, pero resulta complicado no hacerlo peor para una escudería con la tradición y nombre de Sauber.

Ahí tenemos a la de Hinwil, con cero puntos en su casillero. Penúltima en la tabla de constructores, luchando a cara de perro con Manor por evitar ser la última. Y es que si hace unas horas comentaba que en la de Dinnington existe un cierto grado de conformismo que explica su situación, en el caso de Sauber, lo que abunda es dolor.

La suiza no quiere estar donde está, pero ha comprado todas las papeletas para certificar el que según muchos expertos, puede ser su último año en Fórmula 1. Temporadas luciendo carrocería sin patrocinios importantes por aquello de no bajar el caché del centímetro cuadrado de piel del vehículo, han derivado en una situación de agotamiento económico que ni siquiera ha podido paliar la participación desde 2014 de Banco do Brasil. Y sin recursos, no hay evolución posible.

El chasis del C35 no parecía malo en pretemporada. La unidad de potencia by Ferrari es una vieja conocida para la gente de Monisha Kaltenborn, pero las arcas comunes tienen más telarañas que calderilla y la estrechez económica comenzaba a pasar factura al equipo desde prácticamente el Gran Premio de Australia, originando que Sauber declinara participar en los entrenamientos de España (Montmeló) sencillamente porque tiene el agua al cuello.

La pareja de pilotos tampoco ayuda. Es cierto que en la actualidad, con un monoplaza ramplón resulta muy complicado sacar la cabeza, pero esta historia de pelear contracorriente le viene demasiado grande a Marcus Ericsson y está sacando lo peor de Felipe Nasr en pista. 

En este sentido, el bochornoso espectáculo que protagonizaron ambos el pasado domingo, durante el Gran Premio de Mónaco, no hace otra cosa que incidir en que en Sauber ya están listos los salvavidas. 

Dirección financiera insolvente. Dirección técnica incapaz de gestionar adecuadamente los pocos recursos disponibles. Dirección deportiva inane, y pilotos que parecen pollos sin cabeza... La cosa pinta mal para la suiza. Queda mucha campaña por delante y desgraciadamente, el horizonte está plagado de negros nubarrones para Sauber. 

Os leo.

2 comentarios:

Fabian Prieto dijo...

No sé si tenga que ver pero desde que Monisha Kaltenborn asumió la dirección general ( o desde que Peter Sauber la dejó, como se quiera ver) este equipo va de cabeza para el barranco. No ha sido buena en mi opinión la gestión de la india, que nunca pudo recuperar del todo a su equipo de la espantosa temporada 2014 que tuvo, teniendo de por medio un altercado legal con Van der Garde que significó un desastre económico y de relaciones públicas para la suiza. Negro panorama para la de Hinwill, una lástima porque era de los equipos más carismáticos de la parrilla.

Saludos,

Fabian

Aficionando dijo...

A mí me da que, más que a la buena o mala gestión de Monisha -si la mantienen debe ser por alguna razón- la caída en picado de la escudería suiza se debe a que Ferrari les está haciendo pagar la "traición" de su unión con BMW de hace unas temporadas y que, ahora, la escudería B de Ferrari es Haas. Sin embargo creo que a Bernie no le gustaría que Sauber desapareciera: es un símbolo de la escudería independiente que ha tenido algunos éxitos en la F1. No sé cuál es la solución. En otras circunstancias seguro que Ferrari les prestaría apoyo de alguna manera, pero creo que los italianos bastante tienen con lo suyo. Sin embargo, no creo que la dejen caer.