sábado, 16 de enero de 2016

El hombre sin título


Todo el día llevo encima una cámara portátil que da fe de mis actos cotidianos, por ver así si se me pasa la tontería de la madurez y recupero al menos 30 años. La tengo implantada en la frente, no la apago ni cuando duermo. Ni selfies ni puñetas, cuando disponga de suficiente material filmado, abro un canal en Youtube y le enseño al mundo que existo...

Ayer mismo hablaba con Ernesto de esa suplantación de funciones que nos supone internet, al hilo de una anécdota que conté ayer por la mañana. Antes del diluvio bastaba con leer, escuchar o vivir, y por supuesto con oler, paladear, palpar, ver o entrever, para que la memoria hiciera el resto. Hoy no es suficiente con eso, para hacernos valer necesitamos constantemente de enlaces a noticias, opiniones, comentarios, videos o fotografías en la red de redes. Si no recurres tú a ellos, siempre habrá quien te los reclame. Y si no puedes aportarlos: estarás perdido o pasarás por un pardillo; o lo que es peor, por un cuñado.

Haceros cuenta: la memoria ya no nos pertenece, ni la común ni la propia. Está ahí —donde sea que es ahí—, y tenemos suficiente con indagar la verdad buscando en internet, ajenos a que en el interior de la red de redes hay exceso de traductores y de agujeros; a que nuestros recuerdos, como los árboles, se podan cada invierno por un jardinero desconocido.

Robert Kubica pudo haberse proclamado campeón del mundo en 2008. Las abundantes estadísticas y datos jamás confirmarán lo que os acabo de decir, pero los que lo vivimos sabemos que fue así, e incluso soñamos ahora con que si la fortuna no se hubiese mostrado tan cabrona con el de Cracovia, a lo mejor aún estaría conduciendo en Fórmula 1.

No había sufrido todavía el desgraciado accidente que por muy poco no lo parte en dos en la Ronde di Andora, pero sí había protagonizado el de Canadá 2007 que a la postre, permitió tomar la alternativa en la carrera siguiente (U.S.A.) a un jovencísimo Sebastian Vettel. 

BMW Sauber venía de una temporada dura de digerir. La FIA había excluido a McLaren del mundial de constructores 2007 pero consintió en que Fernando Alonso y Lewis Hamilton mantuvieran sus puntos y siguieran luchando por el de conductores —la sangría que supuso aquel sindiós, originó que la germano-suiza quedara muy descolgada con respecto a Ferrari, y que Nick (Heidfeld) y Robert, hayan pasado a la historia de aquella sesión con unas inmerecidas quinta y sexta posición, respectivamente—.

Mario Theissen, director del equipo, abordó 2008 con la misma cautela que sus rivales. En 2009 se cambiaba la normativa técnica y no era plan de hacer excesos. No obstante, y no se sabe muy bien por qué, a mitad de campaña decidió que no merecía la pena seguir implicándose en el F1.08 de aquel año, vehículo que dicho sea de paso, se había defendido muy bien hasta ese momento. A partir de ese instante y digamos que a pelo, Kubica y Heidfeld se vieron obligados a luchar con lo que tenían mientras que Ferrari y McLaren seguían poniendo chicha en el asador de sus pilotos.

Así las cosas, el de Polonia, un virtuoso en las curvas, dio buena cuenta de su compañero alemán y empató a puntos con Kimi Raikkonen, aunque se tendría que contentar con la cuarta plaza del Mundial de Pilotos ya que sus estadísticas fueron peores que las del finlandés, pero quedando a tan sólo 23 puntos de Lewis Hamilton.

Theissen se había equivocado de plano. Tanto en su valoración de la temporada como en sus expectativas, había errado el tiro, y obviamente, se llevó por delante la más que pausible posibilidad de que un polaco grabara su nombre entre los más grandes...

La historia siguiente ya la conocéis. Kubica firmaba por Renault para disputar 2010, y antes de que comenzara la sesión 2011, sufría el accidente que narrábamos antes...

Su vuelco en el WRC (World Rallies Championship) supuso a la vez una alegría y una contrariedad para los aficionados que habíamos disfrutado con Robert en la Fórmula 1. Por un lado, parecía fabuloso que un purasangre como él volviera a competir, pero por otro, el retorno a la máxima categoría del hombre sin título, parecía cada vez más y más lejano.

Os leo.

2 comentarios:

Ernesto dijo...

Creo, que contadas con los dedos de una mano, son las veces que he escrito un
comentario en este blog pero en esta ocasión, los 140 caracteres que me brinda
Twitter se me van a quedar muy cortos. Y eso que parece que tenemos a la vuelta de
la esquina los 10000 caracteres de Twitter. Algunos expertos en el tema ya han
hablado —a mi personalmente no me gusta— dando la bienvenida a la nueva
funcionalidad y diciendo que sería bueno para las marcas y para Twitter, claro está.
Los mismos expertos que en otras ocasiones se han preguntado dónde está la esencia
con la que el pequeño pajarito inició su andadura, sinceramente no lo sé ya que no
estaba por aquel entonces o quizás esa esencia se perdió en algún recóndito lugar de mi memoria.

Una de las razones por las que te leo podría ser tranquilamente, la de que alimentes mi memoria del tiempo vivido porque te juro que no sé dónde coño puse a Robert Kubica y quiero pensar que está ahí porque en teoría lo viví.
Tengo una muy mala costumbre desde hace mucho tiempo, que es echar mano de lo que ya casi se ha convertido en una extensión de mi cuerpo y como si fuera un espejito mágico soltar las palabras: OK Google, un dato relacionado con lo que quiero buscar y voilà el dichoso buscador me da la información que necesito. Es posible que la información que busco esté en mi cabeza, puede que asociada con algún recuerdo vivido y que debería dar como válido pero para qué rebuscar si ya sé donde está, ¿y si me lo reclaman?. Alguien me comentó hace tiempo que cuando vamos a algún sitio a ver algo o a lo que sea, se está más preocupado de recopilar suficiente material gráfico en lugar de disfrutar del momento. Total Facebook se encargará en recordarme lo que hice hace un año. Lo que no hará será darme detalles sobre la experiencia vivida sino me esfuerzo en buscarlo ahí, en el único lugar donde reside y mucho menos si vagué casi como un zombi.

Así que por el momento seguirá siendo ésta una de las razones por las que te siga leyendo cuando alimentes mi memoria y me bastará con lo que escribes sin reclamarte nada.

Hasta aquí mi comentario, que con los futuros 10000 caracteres de Twitter me habrían sobrado más de 7500. La llevan clara conmigo, si lo que pretenden es que no se les escape tráfico de datos fuera de la red del pajarito para que puedan obtener más beneficios de sus anunciantes. Ya se sabe, lo que pudieran ganar unos lo perderían otros.

Un saludo para todos.

OK Google

chema dijo...

Un fuera de serie. Grande Kubica!!!