miércoles, 30 de diciembre de 2015

[Red Bull] Deconstruyendo el mito


Podía empezar esta entrada preguntando quién te ha visto y quién te ve, Red Bull, pero sería deshonesto por mi parte, ya que meter una unidad de potencia Renault entre los cuatro primeros clasificados del Mundial de este año, tiene su aquél.

¿Podemos hablar sólo de chasis? Seguramente sí, pero no tanto por sus cualidades aerodinámicas como por su enorme capacidad para flexar longitudinal y tranversalmente, ya que sin un propulsor en condicions y con el FRIC (Front and Rear Interconnected Suspension) prohibido desde mediados de la temporada pasada, la única posibilidad que nos queda para que un vehículo como el RB11 haya sobrevivido, pasa por imaginar que ha sabido aprovechar como nadie las gomas Pirelli.

Desde luego no ha sido el mejor coche ni de lejos se parece a las joyas de Milton Keynes, pero algo queda, y en este sentido, cabe recordar que desde 2009, Adrian Newey y su tropa, siempre han destacado por saber trabajar más allá de toda lógica —y a veces del reglamento— con la superficies del monoplaza [Secretos].

En este orden de cosas, con una plataforma impulsora demasiado frágil y poco rápida, hablar de aerodinámica para justificar que Red Bull no haya caído más profundo, supondría un sindiós, así que con vuestro permiso, insistiré en que este año, Daniil Kvyat y Daniel Ricciardo han podido defender el pabellón de la austriaca a base de manos, indiscutible, pero sobre todo, gracias a un coche con un magnífico posado en pista, que ha sabido sacar la cabeza en territorios hostiles para sus rivales, siempre y cuando la Energy de Renault se lo ha permitido, obviamente.

El resto, desgraciadamente es historia. 

La tormentosa relación entre el fabricante galo y Milton Keynes han marcado la temporada. La política amenazante con la Fórmula 1, también. Así que no es de extrañar que en un ambiente profundamente enrarecido, las cosas no hayan salido ni como estaban previstas, ni mucho menos como le habría gustado que fuesen a Dietrich Mateschitz, razón por la cual, la de las bebidas energéticas no ha estado todo lo entonada que cabría esperar.

No obstante, las aguas se han remansado. Un cuarto puesto en la tabla de constructores no satisface a nadie, y aunque no ha sido posible contar para 2016 con una UP adecuada, el renombre como Tag Heuer de la unidad de potencia Renault, y la prometida intervención de Mario Illien (Ilmor) en el desarrollo del nuevo proyecto, auguran una próxima campaña en la que podríamos ver de nuevo a Red Bull en la pomada, complicándole incluso las cosas a Ferrari.

Os leo.

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