jueves, 9 de julio de 2015

El imperio de la ley y el orden


Lo hemos hablado otras veces aunque quizá quede demasiado lejos la última: la FIA son una panda de huevones que por no saber, no saben hacerse ni siquiera un huevo frito para la cena, con lo cual, espero que quede desterrado de una vez por todas, eso de que la culpa siempre es de los equipos porque son estos los que hacen y dehacen a su antojo...

Me ha costado un interminable cruce de correos y sacar a Eileentxu a pasear, asimilar que no quedan más bemoles que repetirlo. 

A ver, me meto poco con las escuderías al respecto de lo que les toca de responsabilidad en los cociditos madrileños que entendemos todos como reglamentos, porque la FIA no tiene pasta para pagar a nadie externo que elabore una normativa —cualquier normativa, con tal de que fuese de las de como Dios manda— o que plantee alternativas o soluciones, y recurre a ellas para que le presten durante un rato sus mejores ideas.

El asunto no está mal planteado en origen. Bien mirado, para qué hacer el gesto de convocar un consejos de sabios, gente del mundillo que ya no está en activo, vaya, o contratar a tiempo parcial a un Rory Byrne, un Gordon Murray o un John Barnard, o cualquier otra vieja gloria jubilada que pudiera arrojar algo de luz al respecto del espectáculo, si por el mismo esfuerzo tenemos gratis lo más granado de la parrilla.

El Grupo de Estrategia, más allá de su nombre rimbombante, no es más que un selecto club de becarias de lujo, integrado por gente que tiene responsabilidades contractuales asumidas de manera previa con quien les paga la nómina a fin de mes, lo que nos pone en que siempre tratarán de arrimar el ascua a su sardina, resultando cualquier cosa menos equidistantes.

Normal entonces, que las escuadras pequeñas se quejen de que las normas las ponen siempre las grandes, o que cuando vienen mal dadas, incluso la FIA y Bernie se laven las manos. Normal, también, que los reglamentos tengan más agujeros que chicha. Normal, como conclusión, que no acaben gustando ni a los que parieron las reglas con la mejor intención del mundo.

Son los equipos, nos dicen, pero no lo son en definitiva.

El sistema es rancio de cojones. Los mejores ingenieros y las mejores ideas, lógicamente estarán focalizados en las escuderías punteras, y la FIA recurre a este minimalismo semántico para pasar del culo de los que no se lo han ganado, salvando de aquella manera, un trámite que debería resolver ella porque afecta del primer al último integrante del negocio y por ello la pagan, ¿no?

Pero entendedlo: bastante tiene la tropa de Todt con hacer de supervisora mientras aprende a abotonarse bien la ropa con la que saldrá en la foto. Siempre y cuando todo vaya bien, porque si va mal o lo previsto no sale conforme estaba programado, como viene siendo costumbre desde 2006, la culpa será de los equipos y su infinito egoísmo. Y luego si eso, pensamos en lo necesario que se hace un dictadorzuleo para imponer algo de cordura, que ésa es otra.

Os leo.

1 comentario:

J-CAR dijo...

¿Y que será de la FIA (Federación Internacional del Automóvil) cuando en todo el mundo dejemos de comprar automóviles? Porque el petroleo estará muy bajo, los coches se venden baratos pero es que pronto seremos demasiados los que ya no podamos pagarlos. O no queramos.
http://www.economiadigital.es/es/notices/2015/07/el-coche-social-eriza-los-pelos-de-los-grandes-fabricantes-73902.php?utm_source=Boletin%20informativo&utm_medium=Email&utm_campaign=2015-07-11.html

Y en ese mismo mundo ¿que será de una FOM empeñada en el pay per view en plataformas superexclusivas y con un enorme escalón de entrada?

¡Saludos!