miércoles, 3 de junio de 2015

Hasta que aguante


Pensándolo bien, es una verdadera lástima que no haya suficientes población en la tierra para satisfacer el ego de tanto dictadorzuelo como hay suelto por centímetro cuadrado.

Si no teníamos bastante con que Bernie contara a The Times que admiraba a Hitler, y dijera más o menos y hace relativamente poco —en vaya usted a saber dónde. Sinceramente, ni me he molestado en comprobarlo—, que la democracia en las filas de su negocio no facilita las cosas del llevarlo, sale ahora Max Mosley y nos recita: «Si yo fuera un dictador en el deporte, cada equipo tendría el mismo dinero. Entonces ellos podrían decidir si gastar más en sus pilotos y menos en el auto o viceversa.»

Confieso que estas frases, en su composición, se entiende, me suenan a salida del paso y además apresurada. Vamos, que imagino que don Max no estaba a lo que había que estar y ha salido por donde ha podido, conjugando un despropósito que no tiene pies ni cabeza, ya que a día de hoy, los equipos deciden gastar su dinero donde les sale de aquel sitio, sin que exista razón suficiente para que el británico sea un dictador del deporte.

Bien que vale que la Fórmula 1 se está yendo al carajo y que yo, ni soy un dictador ni ganas que tengo de serlo, vamos, que no tengo ni puñetera idea de cómo les funciona la pelota a los dictadores, pero no me negaréis que el asunto tiene su puntito porque fue precisamente nuestro amigo Max, quien en 1995 le cedió los derechos de explotación de la Fórmula 1 en exclusiva, al otro dictador del cuento, Bernard Charles Ecclestone.

Llegados a este punto hay que recordar aunque duela, que Bernie y sus colegas del Formula One Group, se llevan la parte más sustanciosa del pastel económico y que a las escuderías les queda la calderilla, y obviamente, con ella hacen lo que buenamente pueden, entre otras cosas, sobrevivir a las idioteces de quienes tienen las ideas tan y tan claras.

Ya digo que soy rojeras tirando a tocahuevos y que lo de ser dictador me pilla lejos. Para colmo, los Hermanos Menesianos de Portugalete me entrenaron en el pensamiento dialéctico y estructuralista, y de ahí, el irme al científico marxista casi estuvo hecho. No obstante, dicen de mí que soy muy buena persona aunque me guste discutir más que a un tonto una tiza. Y es que la lógica tiene sus normas y me gusta respetarlas, y además, me encanta Derrida.

A ver, Noa Chomsky nos recuerda que para validar una propuesta conviene cambiarla de contexto. Si funciona en ambos casos, es correcta, si no funciona... es mejor retirarla del discurso porque no nos llevará a nada. En este escenario, lo de que los pilotos cobren menos suena a chorrada supina puesto que ya ha quedado claro, que las escuderías andan bastante caninas. ¿Qué tal si les damos más dinero para que lo gasten donde quieran, incluso pagando a sus vedettes?

Bernie y sus amigos se pueden permitir eso de apretarse el cinturón siquiera hasta que el asunto remonte —J-Car nos comentaba el otro día, que la Fórmula 1 tiene que devolver 4.000 millones de dólares de aquí a 2020, lo que supone a todas luces una bonita capacidad de endeudamiento y una hermosa cantidad de pasta que no se ha gastado en pilotos, precisamente—, otra cosa es que quieran, que no quieren, por eso ha salido Mosley a la palestra. 

Trasladar la carga de los problemas que sufre la F1 en la actualidad a los conductores, suena feo, muy feo, y tratar de colegir que hace falta un dictador del pelo que sea, para resolver el problema, suena a eso: a mierda.

Ahí tenemos al dictador Joseph Blatter, él sí decía creer en el sistema democrático: «La FIFA está basada en la solidaridad y la democracia», y es que incluso entre los dictadores hay estilos.

Y ya si eso, hablamos otro día de la seguridad en el deporte, mientras esta gentuza sigue dando leña al mono hasta que aguante, que es de goma.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De rojo a rojo y tiro porque me rasco con rastrojos:

A mí me recuerda a cierta crisis sobrevenida (y en sobre venida) culpa de cierta panda de capullos (más de cuarenta millones) que vivieron (vivimos) por encima de nuestras posibilidades.

¡Y una mierda así de alta! Mentirosos malnacidos.

Un saludo a Jose y a todos.

ABB