viernes, 22 de mayo de 2015

Seis veces miedo


El dato de que comparando las carreras de Malasia 2015 y 2006, el ganador de esta última, sacaría seis vueltas de ventaja al de la primera, es de los que hace recordar a Michael Schumacher afirmando aquello de que conducir en la actualidad, se parecía demasiado a ir pisando huevos; o a Juancho Montoya cuando se las piró del Circo, nunca mejor dicho, argumentando que había que pedir permiso para adelantar...

Max Verstappen —¡ojo al chaval en este Mónaco!—, ya nos echó un jarro de agua fría comparando conducir un monoplaza F1 con algo no muy diferente a ir en bicicleta, y no hace tanto, Alguersuari hizo lo propio diciendo que no había tanta diferencia entre un F1 y un GP2, aunque ya se sabe, a Jaime se le puede escupir y no tomar sus palabras en cuenta. ¡País!

Y el caso es que ni Michael Schumacher en sus buenos días, mostró capacidad para retener al populacho. La anemia comenzó a sentirse en 2004, poco antes de que la Fórmula 1 dejara de fumar para convertirse en verde y sostenible de la noche a la mañana. Y de ahí p'alante, que diría aquél.

El deporte ha ido perdiendo su identidad conforme transcurrían las temporadas y en la actualidad, sólo convence a los que se han quedado afincados en una de las etapas, o dos, de la historia de nuestro deporte, y por supuesto, en sus respectivos héroes.

Viste mucho ser nostálgico (por desgracia no me refiero sólo a nuestro querido Sami, aka Turrini.es), al menos tanto como abrazar la fe de los patrocinadores y fabricantes para cantar después que Bernie es imprescindible, que sin él no existiría todo esto, mientras un territorio forjado sobre el arrojo de un montón de poetas, se nos ha ido convirtiendo en un erial donde sólo quedan pilotos probadores, unas escuderías que pasan hambre, y el eco de unas gradas cada vez más vacías.

Y todo porque la versión más chusca del neoliberalismo prefiere que sean otros los que crean en la libertad de oportunidades, mientras prospera teniéndolo todo atado y bien atado, porque cuando hay complicaciones: o no sabe, o no contesta.

Esas seis vueltas de ventaja que comentaba al inicio, son la muestra palpable de que las cosas no se han hecho ni medio bien en esta última década.

¿Os gusta Bernie? Bien, perfecto. Estáis en vuestro derecho. Pero pensad por un momento en que si la bruja de Blancanieves hubiera disfrutado del poder que tiene ahora, pongamos por caso en 1988, a lo peor Ayrton Senna no habría pasado de bicampeón de mundo, incorporándose a nuestro acervo común, como un tipo que pudiendo haber hecho más, se equivocó de plano en cada elección que hizo.

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dijo Canamasas que el primer coche de GP2 en Barcelona hubiese quedado 14º entre los F1...

@_el14

pocascanas dijo...

Un ídolo de otro ídolo? Fíjate cuáles eran los modelos de Ayrton, y seguimos hablando.