sábado, 23 de mayo de 2015

El mono loco


Allá como en 2010, después de los años de sequía y de una victoria en Sakhir que nos había puesto los dientes largos, llegó el F-Duct y comenzamos a pasarlas canutas.

A la salida del Gran Premio de Gran Bretaña, Fernando estaba a 47 puntos de Lewis y todo parecía perdido. No parecía que hubiese sitio para la esperanza. McLaren estaba fuerte y tras la de Woking, los hombres de Milton Keynes con aquella fabulosa máquina que había parido Adrian Newey, el RB6...

Quedaban 9 pruebas por delante y casi daban ganas de sentarse a esperar a que transcurriesen, con tal de quitarnos el amargo trago de encima. Pero ya había comenzado a danzar alrededor del fuego, a leer estrellas y huesos sobre la arena mientras aullaba a la luna y la sombra de mi cuerpo desnudo, cimbraba sobre las rocas.

El sueño del mono loco es la película más extraña que ha rodado Fernando Trueba, y no porque lo diga internet, sino porque cada vez que me asomo a ella, siento esa poderosa turbación que transmite el protagonista, Dan Gillis (Jeff Goldblum), a la hora de afrontar un mundo que lo supera y no comprende, pero del que necesita salir vivo.

No he leído Le rêve du singe fou de Christopher Frank, pero según cuenta en la cinta el personaje Malcolm Greene (Dexter Fletcher), en su interior se menciona la historia de dos monos, el cuerdo y el loco. El primero de ellos es tan inteligente que se queda en el árbol. El segundo... el segundo prefiere enfrentarse a lo desconocido y baja al suelo y se yergue sobre sus patas traseras para mirar más allá del horizonte.

Ya sabemos el final de la aventura de los dos simios, y cómo acabamos 2010, pero estamos en Mónaco y seguimos hablando de Fórmula 1 cinco años después. Y me pregunto qué hay de malo en comenzar a soñar desde hoy mismo...

Os leo. 

No hay comentarios: