lunes, 11 de mayo de 2015

El horror


La experiencia McLaren es para vivirla. Llevamos cinco carreras de espanto y cada vez somos menos los que esbozamos una sonrisa cuando oímos hablar de lo mal que va todo. Es cuestión de temple y lo comprendo. Tantos años viendo que la facilidad permitía milagros, que uno acaba creyendo que el mundo se rinde barato.

Pero no, lo barato siempre acaba saliendo caro de cojones y considero que es mejor lo que nos está sucediendo a nosotros que lo que les ocurre a los seguidores de Vettel, pues en el momento en que pase lo inevitable, rugiremos como leones porque la espera habrá valido realmente la pena y nadie nos regalará ositos de peluche.

Hay que morir al menos una vez en la vida para saber cuál es su auténtico valor. Por fortuna yo he muerto varias y he resucitado otras tantas.

Creo que os lo he contado. Al poco de dejar de ser nadador de la Deportiva Náutica de Portugalete gracias a que el cloro de la piscina acabó afectándome las fosas nasales, me creía delfín y el mar Cantábrico me enseñó que no llegaba ni a corcho. Ocurrió en la playa de Karraspio (Lekeitio). Me metí donde no me llamaban y la resaca hizo el resto. Quise retornar a la orilla pero el agua me decía que no, que aquel mediodía le pertenecía, y empecé a cansarme y aunque soy un huevazos de tomo y lomo, los nervios comenzaron a jugar en mi contra. La playa cada vez más lejos, yo cada vez más perdido. 

Y recordé entonces cómo me habían enseñado a luchar contra el líquido elemento cuando sacaba el título de socorrista acuático que aún luce en casa de mis padres: nadando paralelo a tierra, tranquilo, gestionando las fuerzas, dejando que el mar hiciera el trabajo sucio. Poco a poco, sin prisas pero rezando...

No os aburro. Toqué suelo y todavía recuerdo aquellos minutos largos que permanecí tendido sobre la arena, sorbiendo aire rodeado de niños con palas, flotadores y balones, de castillitos, señoras en bañador y domingueros armados con periódicos o sombrillas. Cristina, mi novia de entonces, me dijo al verme de nuevo en pie: ¿dónde has andado?

Los nadadores de la Deportiva Náutica no se ahogaban así como así. A los chicos nos llamaban tritones. La resaca y la bandera roja no eran sino enemigos menores...

Joseph Conrad y el Coronel Kurtz nos enseñaron el auténtico valor de la palabra horror. Yo sé que hay que sobrevivirlo para sonreír a la vida como hace Fernando.

Os leo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra mucho leerte, Jose. Sobre McLaren, nada que añadir. Paciencia. Ahora que si los japos son unos segurolas y meapilas y los hombretones de Bruce son arrojaos de cojones como su abuelo Drake. Bueno. Quizá sea así, quizá sea una crítica barata malintencionada apta para arraigar en barras de bar. Cualquiera que haya bregado con procedimientos se descojona si alguien le dice que es que ahora resulta que no sabía como se funciona en Honda, cuando no sólo Toyota perfecciona su método...

Y, sobre todo, el que no conozca la resaca del Cantábrico es que no se ha visto ahogado (y diciéndose tonto más que tonto) nunca. Joder que sí. Doy fe que pasas más miedo que infartando, que también, hostias...

Un abrazo,

ABB

Interlagos dijo...

BRUTAL!!!

P.D.: es que me he quedado sin palabras, Jose!

J-CAR dijo...

https://youtu.be/nX98iepCu_4

¡Saludotes!

Anónimo dijo...

De vez en cuando estaría bien hablar de las carreras, como la del domingo...

@asturferrari dijo...

"...me creía delfín y el mar Cantábrico me enseñó que no llegaba ni a corcho."
¡Jajaja!, eres un crack Jose.
Un saludo desde Asturias.

Tadeo dijo...

Mi opinión, además de sobra conocida, es que un incremento de potencia tan grande, de unos 100 CV, no se ha asimiliado bien en Maclaren.

El año pasado vimos al Ferrari pasarlas canutas por la falta de aerodinámica producida por la falta de potencia. Pues bien, este fin de semana vimos al McLaren sufrir por el incremento brusco de esta misma potencia que afecta tanto a la aerodinámica clásica como a la térmica, cuestión ésta que dará mucho que hablar en los próximos meses.

Oi ayer a Jose hablar de que posiblemente llevaran dos configuraciones distintas. No lo tengo claro, vi los libres del viernes y el nano iba de parte a parte de la pista cada vez que aceleraba. El sábado no tanto, y el domingo iba a por los puntos. Me temo que But tuvo problemas con el setup y no consiguió adaptarse.

Que esto no sea culpa de But, lo entiendo. Pero si no es culpa de But, es acierto de Alo, pero eso no interesa decirlo.

Saludos

Jorge dijo...

Es evidente teniendo en cuenta las declaraciones de Alonso y de Button que ambos tenian problemas similares con la parte de atrás del coche...pero claro esto demuestra una vez mas porque Alonso es de otra galaxia, no hay mas que ver donde estaba uno y donde estaba otro con dichos problemas, Alonso luchando los puntos, Button pasandolas putísimas...no es una crítica a Button ni mucho menos, es simplemente poner en valor una vez mas el talento de cierto bicampeón mundial.