martes, 21 de enero de 2014

Nos acostumbraremos


Mientras me bato en duelo con una gripe que va y viene y me hace emboscadas desde las esquinas, sigo con la vista puesta en el pasado como si el presente fuese demasiado espeso como para sostenerle la mirada.

El caso es que a cuenta de la entrada que publiqué el sábado en Diariomotor y el debate que se originó posteriormente, caí el domingo al mediodía en la cuenta de cómo juegan con nosotros, porque si a la «Power Unit» (Unidad de Potencia) que se estrenará este año se la hubiese definido en su momento como un propulsor híbrido, que en esencia lo es, lo más seguro es que nos habríamos ahorrado auténticos ríos de tinta y más de un quebradero de cabeza.

Obviamente mola más hablar de turbos que de híbridos por aquello de los ecos pretéritos y el miedo a los saltos en el vacío, de la misma forma que nos sacan a Ayrton Senna o a Juan Manuel Fangio del baúl de los recuerdos para que barnicemos la Fórmula 1 que nos toca vivir en la actualidad, lo que bien mirado no deja de ser un ardid publicitario como otro cualquiera. Hay que vender el deporte y ya se sabe, como en el amor y la guerra, en la venta de productos también vale todo.

La novedad que nos han vendido tiene poco de turbo y mucho de conversión del excedente de calor en caballos de potencia, de manera que como bien sabéis, apuesto a que el consumo no va a ser ni el enemigo ni el problema. La cosa está consensuada entre la FIA y los equipos desde hace al menos dos años y visto lo visto que ha sucedido con el límite del peso mínimo, por ejemplo, sospecho que de haber existido algún tipo de controversia al respecto de si los kilogramos de combustible serán suficientes como para rodar fuerte durante una prueba, lo más seguro es que ya nos habríamos enterado.

Sea como fuere y poniéndonos en lo peor, si por desgracia se diera la coyuntura de que la cantidad de esencia se demostrara insuficiente, intuyo que la FIA tiraría por el atajo que tiene más a mano: ampliar el tiempo de utilización de los ERS, más o menos como se ha venido haciendo con el DRS. De esta forma se impediría que corrieran peligro las fortísimas inversiones que han realizado los motoristas en sus propulsores y se evitarían de paso, las costosas y molestas modificaciones de los chasis al tener que alojar más caldo en los depósitos…

Quiero decir con todo esto que vamos a tiro único y habiendo quemado las naves. Mejor dicho, que la FIA y los constructores van a tiro hecho en 2014 porque se perdería más que se ganaría si hubiera percances con el tema del consumo. Además, como he mencionado anteriormente, hay salida B, y una bastante cómoda para todos pues el espectáculo estaría más que asegurado con una ampliación del tiempo dispuesto por vuelta para el uso de la potencia extra.

Suena raro, pero con el DRS ocurrió igual, al principio se nos atragantaba con un sector único pero hoy, que es el pan nuestro de cada carrera, nos sentimos cómodos con dos como norma salvo en los trazados de Suzuka y Mónaco. Nos acostumbraremos, seguro, al sonido y al rendimiento. La moderna plataforma híbrida viene a ser muy parecida en prestaciones a la atmosférica que hemos jubilado a finales de 2013, y como diría Kimi al respecto de los cambios propuestos para este año: «Mis sensaciones me dicen que no será tan diferente a lo que piensa la gente, pero puede que me equivoque.» 

Puedo equivocarme. Lo que es seguro es que en 2014 no veremos nada parecido a la preciosidad que pone color a este texto. Los turbo, al menos aquellos, queramos o no son cosa del pasado. Llegan los híbridos y tendremos que acostumbrarnos.

1 comentario:

Interlagos dijo...

Si mi memoria no falla, creo que llegaban a los 1200 caballos.

Eso eran motores y no esto que hay ahora.

Preciosísimo ese Lotus con el que Senna consiguió sus primeras victorias!!!