martes, 9 de abril de 2013

El aussie salía 18º y terminó en el podio


La próxima prueba del Mundial de Fórmula 1, tiene muy buen recuerdo para uno de los dos intervinientes en el affaire Multi 21, incidente en el que recordemos, Sebastian Vettel ignoraba las órdenes de equipo estipuladas por Red Bull para el pasado Gran Premio de Malasia, dando lugar a uno de los duelos sobre el asfalto más bellos y apasionantes que recuerdan los aficionados, pero también a un enrarecimiento de sus relaciones con su compañero Mark Webber, el hombre del que precisamente estamos hablando un par de jornadas antes de que el circuito de Shanghai se convierta en el eje de la actividad deportiva para el fin de semana, obviamente, en cuanto al mundo del motor se refiere.

Sea como fuere, en el trazado chino fue precisamente donde hace casi dos años exactos (la carrera de 2011 se celebró el 17 de abril), el piloto australiano de Milton Keynes protagonizó una de las remontadas más vistosas de los últimos tiempos, pasando de la décimo octava posición en parrilla a poder haber disputado el segundo puesto final a Sebastian Vettel de no haber sido porque la prueba terminaba a la conclusión de la vuelta 56, lo que obligó al aussie a tener que conformarse con ocupar el tercer escalón del podio, junto al por entonces vigente campeón del mundo y a un exultante Lewis Hamilton que recibía los aplausos de los presentes desde lo más alto del mismo. Pero no adelantemos acontecimientos.

Aquel fin de semana de abril de 2011 había comenzado estupendamente para la escudería austriaca. El RB7, un monoplaza que acabaría aplastando a sus rivales a lo largo y ancho de la temporada, había permitido a Vettel conquistar la victoria en Australia y Malasia, donde además, Webber había dado el primer doblete de la sesión a Red Bull al haber obtenido la segunda plaza en la prueba malasia, y en sintonía con la superioridad mostrada en las dos carreras anteriores, en Shanghai, los vehículos diseñados por Adrian Newey habían liderado sin contestación los entrenamientos del viernes y el sábado por la mañana, aunque durante los terceros libres, el monoplaza de Mark parecía haber sufrido algún tipo de problema.

Antes de la calificación Christian Horner anunciaba que efectivamente había problemas con el KERS del coche número 2, asumiendo que, y cito «era probable que Webber no usara el sistema de recuperación cinética en lo que quedaba del sábado, aunque se esperaba que funcionara bien en carrera.»

Contra todo pronóstico, Webber, sobre un monoplaza tarado que así y todo aspiraba a meterse en la Q3, se quedaba fuera de la calificación sin haber pasado el corte de la Q1, lo que le situaba en la 18ª plaza de una parrilla compuesta por 24 participantes y a priori, totalmente descartado para los puestos punteros.

El domingo en Shanghai había amanecido gris bajo una fina y persistente lluvia y con una temperatura ambiente relativamente baja para la época del año. La posibilidad de que el Safety Car hiciera acto de presencia durante el transcurso de la prueba parecía favorecer la coyuntura de que Webber lograse colarse en la zona de puntos, aunque el asfalto frío no iba a ayudar a que el rendimiento de los dos RB7 fuera especialmente sobresaliente. Además, los problemas del KERS en el vehículo del aussie, lejos de haber sido resueltos, persistían, desaconsejando su uso en carrera.

Sebastian Vettel, el poleman, era sorprendido por los dos McLaren nada más encenderse el semáforo en verde. A 27 metros de distancia, desde la nona fila y por la parte sucia, Webber arrancaba superando a Pastor Maldonado (Williams), pero siendo consciente de que iba a sufrir de lo lindo. En cuatro giros había conseguido desembarazarse de Sergio Pérez (Sauber) y Rubens Barrichello (el segundo Williams), colocándose a la cola del Renault de Nick Heidfeld, lugar en el que estaría situado hasta el primer paso por garajes.

Con ruedas nuevas pero sin temperatura adecuada en las mismas, el aussie tenía que bregar desde la posición vigésima, viéndose obligado a superar (sin KERS, recordemos), a Jérôme D'Ambrosio y Timo Glock (ambos con Virgin), a Sebastien Buemi (Toro Rosso), Jarno Trulli (Lotus, hoy Caterham); y a Sergio Pérez, Heikki Kovalainen (el segundo Lotus) y Vitaly Petrov (Renault), aprovechando el paso por boxes de estos.

En la vuelta 25, cuando entra a hacer su segundo cambio de gomas, Webber cae hasta el décimo quinto puesto. Ha avanzado por tanto sólo tres posiciones en lo que lleva de carrera, pero lejos de arrugarse, el australiano, aprovechando el aparente extraño planteamiento a tres paradas que le ha propuesto Red Bull (la mayoría de pilotos con opciones iban a dos, salvo los vehículos de Woking), utiliza su tercer stint para ganar terreno y posicionarse en el giro 40, momento en que realiza su tercer y último paso por boxes, en la 7ª posición, por detrás del Ferrari de Fernando Alonso.

Los últimos giros del aussie al circuito de Shanghai son endemoniadamente rápidos. Sin KERS pero con las alas que no da Red Bull, Mark bate a Alonso y supera a Felipe Massa y Nico Rosberg, para colocarse a la estela del McLaren de Jenson Button, de quien da cuenta a dos vueltas de la conclusión de la prueba.

El podio ya es suyo, pero el mejor estado de los compuestos de su monoplaza, permiten al australiano soñar con arrebatar la 2ª posición al campeón del mundo, Sebastian Vettel, quien lastrado por una estrategia a dos paradas, se ve incapaz de contener a su compañero mientras éste consume los últimos metros de la carrera.

El Gran Premio de China de 2011 culminaba con Lewis Hamilton obteniendo su primera victora del año (las otras dos las conseguirá posteriormente en Alemania y Abu Dhabi); con Sebastian Vettel agradeciendo que la carrera sólo contemplara dar 56 vueltas al circuito; y con Mark Webber, el aussie, habiendo firmado una magnífica remontada y demostrando de paso, que el RB7 iba a resultar un vehículo prácticamente imbatible, como así sería finalmente.

Os leo.

1 comentario:

GRING dijo...

A ver si lo repite este año :). Por las órdenes de equipo ya no se tiene que preocupar, porque Herr Marko ha declarado que no se volverán a dar nunca más. Vamos, que Redbull volverá a ser aquel equipo limpio limpísimo que ha sido siempre, con la única excepción del GP de Malasia 2013 ;).Me parto.Un saludo.