lunes, 17 de diciembre de 2012

El Monopoly


Cuando un patrón de escudería habla de reducción de costes o de contención de gasto, le está mandando un mensaje a Bernie Ecclestone para que el FOM sea generoso en el reparto, otro a los integrantes de la FOTA para que aprieten juntos el culo por ver si consiguen más tajada, y otro más a los patrocinadores para que vayan preparando el talonario.

Si el asunto de las finanzas funciona de la misma manera en el mundo exterior, en el paddock todos tienen bien aprendida la lección y mueven ficha como jabatos, bregan como sirgueras o lanzan palomas mensajeras si hace falta, aunque vayan embutidos en un traje de lino gris marengo que oculta parcialmente una camisa y una corbata de seda, que a su vez solapan un corazón de hierro colado en caliente y laminado en frío que no late como el de nosotros, vulgares mortales, no, sino que sopla como una vieja locomotora alimentada por billetes verdes, pequeños, a poder ser sin numeración correlativa.

Es lo de siempre y por ello no debe sorprender a nadie, y aunque esta vez ha sido Peter Sauber quien ha abierto de par en par el pico reclamando comida, en realidad, podría haber sido cualquier otro, porque está alambicado en ese conjunto de normas no escritas por las que se rige uno de los clubes más selectos de la Tierra, que quien no llora no mama, y por ello todos y cada uno de sus integrantes sabe que conviene llorar de vez en cuando para que la Virgen del Puño Prieto que no se retira porque le vendría mal al negocio, no se sienta aún más dueña del cotarro.

Bernie es generoso, pero no quiere parecerlo porque la turba se le podría subir a la montera, por nada más. No da señales de querer ser equitativo como si el dinero no le importara, que no le importa, y va de cicatero por la vida porque un jefe sin riendas ni es jefe ni es nada, de manera que se deja querer porque cree fervientemente en que al final, el esfuerzo de uno solo de sus mendigos beneficiará a la comunidad que gobierna con mano sabia desde que el mundo es mundo, al menos en ésto. Y así las cosas, doy por seguro que se habrá sentido enormemente descansado y que incluso habrá dormido a pierna suelta, tras conocer que Peter el suizo se ha animado a dar un primer paso que sin duda ayudará a sentar las bases financieras de los años venideros.

Y es que aunque no se insinúe siquiera, la F1 no es ajena a la crisis. Por la crisis, por ejemplo, las gradas están medio vacías. Por la crisis, los dólares que traen bajo el brazo los pilotos noveles no dan ni para caldo. Por la crisis cada vez es más difícil encontrar circuitos adecuados. Por la crisis hay que hacer prospección en Marruecos. Por la crisis las televisones no tragan con los precios económicos que se les brinda. Por la crisis hay tanta crisis, para que nos entendamos, y aquí que la idea de Sauber es bienvenida, mucho, porque a ver, si este 2013 que llega supone un periodo de tránsito en todo, para 2014 hay que mirar bien el calado de los monederos y cómo se rellenan, que tal y como se ha puesto el asunto de dar espectáculo, ya no se trata de casarse y plantearse tener un hijo, o dos, sino que con el enlace se adjunta un paquete de serie que contempla siete bocas que alimentar, cuatro de ellas con posibilidades serias de llegar a la Universidad; una más a la que habrá que empujar para que termine la Formación Profesional; otra que será tarambana, viajero o yonkie, o en el peor de los casos: artista o escritor autodidacta; y otra de la que es mejor no hablar...

Total, que el futuro sale por un pico y Peter Sauber quiere participar en él como el primero, y el FOM y la FOTA aplauden la iniciativa aunque de momento, con aplausos secos y sordos.

Os leo.

1 comentario:

J-CAR dijo...

Buen símil. XDDDDD
Como en el Monopoli hay que tener dinero y posición para ganar. Si solo tienes dinero te quedarás cerca de ganar, pero difícilmente podrás conseguirlo. Si solo tienes posición te puedes mantener bastante tiempo pero poco vas a progresar. Si no tienes ni lo uno ni lo otro vas a durar poco. Y a cada vuelta la banca de da un poco de pasta para que vayas tirando.
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!