miércoles, 31 de octubre de 2012

Fantasías animadas de ayer y hoy


El día que deje de sorprenderme seguramente seré polvo esparcido sobre el agua de la bahía de Gorliz (me gusta este sitio, ¡qué carajo!), de momento sigo vivo y no dejo de sonreír cuando descubro que en un mundo del que se dice que es bastante inhumano, el hombre sigue ocupando un lugar importante.

Le ha tocado esta vez a Hülkenberg rellenar los huecos que deja tanta magia técnica. Nico es el enésimo alemán que pulula por el paddock, un chaval (25 añitos tiene la fiera) que ya demostró hace dos sesiones en Williams, que disfrutaba de buenos mimbres en sus hechuras, y que durante esta temporada ha vuelto a ratificar su buena forma e inteligencia al volante en un equipo, Sahara Force India, que aunque forme parte de la medianía indispensable de todo esto, suple con garantías el hueco que dejaron en nuestro corazoncito de aficionados canosos Giancarlo Minardi y sus ideas, al fondo de la parrilla, según se mira, a la izquierda.

El baile de sillas originado por Hamilton en su huída hacia adelante, dejó un puesto vacante en McLaren. Sergio Perez, eterno opositor a un hueco en Ferrari, vio su nombre agraciado con la bola de la fortuna y será quien vista de Woking riguroso en 2013 —al mexicano le viene el cambio que ni pintado; no necesita cortarse el pelo ni afeitarse, vamos, que encaja a la perfección con la imagen de marca que impone la británica—, y puesto que el del checo quedaba vacío en Sauber, nadie mejor que Hülkenberg para ocuparlo.

Queda por ver cómo se llamará su recambio. Suena Jaime, y a fe mía que me gustaría verlo montado en algo mejor que un Toro Rosso, con la soberbia de Marko apuntada a otros garajes y las iracundias del meister alemán, enfocadas sobre otros conductores a los que siempre podrá afear públicamente por mostrar conductas deportivas que estropeen la pátina inmaculada que barniza al niño de todos los niños, al que todos querríamos tener en brazos, of course! 

Nico, en este sentido, ha tenido suerte. Desde su desembarco en la F1 ha pasado por buenas manos. Sir Frank le cuidó como cuida a todos sus pilotos, talonario en mano, y le dejó partir como a todos sus pilotos, contando los talones que quedaban en el talonario. Tras un año en barbecho, le recogió Vijay Mallya y lo incorporó a su proyecto 2012 junto a Paul Di Resta.

El VJM05 tal vez no haya salido tan bueno como sus antecesores, pero en manos de Paul y Nico parecía resultón y todo. La de Silverstone va séptima en el campeonato de marcas y el alemán decimosegundo, un puesto por delante de su compañero. En la tabla de constructores, Sahara Force India va detrás de Sauber, lo que a la postre supone que Hülkenberg asciende en el escalafón, como Sergio en su cambio, no así como Lewis, que retrocede quién sabe si para coger carrerilla.

Militar en la de Hinwil se me antoja como una bonita oportunidad para el rubiales, toda vez que Peter el suizo se ha jubilado o eso ha dejado entrever (Dennis también lo hizo en McLaren y todavía anda coleando) y queda un año para que los explosivos motores turbo cambien definitivamente el escenario. Anda por ahí el asunto de la renovación de Kamui, pero si el japonés se queda, cosa que espero y por la que rezo a Tutatis, Nico y él harían una bonita pareja.

Explosivo uno y quirúrgicamente frío el otro, se complementan y por ello sospecho que de esta futurible etapa el que más saldría ganando sería precisamente Hülkenberg, porque amén de las flores que le he echado, tengo que poner otra encima, y es que el de Emmerich am Rhein es espabilado hasta decir basta, y de suyo hay que arrogarle la capacidad de seguir aprendiendo que le ha distinguido desde que llegó a todo esto. Así las cosas, Nico en Sahara Force India no es el mismo ni se parece al que pasó por Williams, y es previsible que en Sauber nos enseñe una cara nueva de su poliédrica figura a poco que el vehículo que le toque en suerte acompañe siquiera un poco (este aspecto está todavía por ver, pero Monisha Kaltenborn a los mandos de la suiza me da buen feeling, qué queréis que os diga).

Sea como fuere, Nico se queda entre nosotros y asciende porque se lo merece, y esta tarde supone un buen momento para celebrar que este tipo de cosas sigan sucediendo en un universo tan inhumano y hostil como la F1.

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