jueves, 26 de abril de 2012

Tan sólo una idea


La resurrección de Red Bull durante el pasado G.P. de Bahrein ha desatado cierta euforia entre los que esperaban una señal del cielo como agua de mayo, cosa que me alegra, sobre todo como ferrarista, pues me hace sentir menos solo en eso de estar abonado a la esperanza de que todo puede cambiar de un día para otro.

Sin querer desmerecer el enorme trabajo que ha desarrollado la austriaca desde que se iniciase la sesión, sí me parece interesante destacar que buena parte del éxito cosechado por la de Milton Keynes en Sakhir, puede deberse al comportamiento exquisito de un motor, el RS27, que colocaba nada menos que cuatro vehículos en las cuatro primeras posiciones al término de la carrera, toda vez que las supuestas ventajas aportadas por Adrian Newey a su nuevo cacharro no impedían que los Lotus acabaran soplando el cogote de Vettel tras haber pasado por la piedra a Webber.

En sintonía con lo que llevamos diciendo desde hace unos días sobre la importancia que tuvieron los neumáticos en Bahrein, se podría armar correctamente la teoría de que el propulsor francés fue sin duda el gran protagonista, el que mejor de todos se adecuó a las condiciones del trazado y por supuesto a los compuestos propuestos por Pirelli para la cita en mitad del desierto, lo que sigue dejando en el alero de los buenos augurios el asunto de la supuesta mejora en prestaciones del RB8, al menos, hasta que veamos si se certifica en alguna de las próximas pruebas.

Sí, Sebastian salía sin despeinarse para dominar el Gran Premio de cabo a rabo, pero también hicieron lo mismo Jenson en Australia y Nico en China —Lewis sólo insinuó que podía hacerlo en Malasia porque comenzó el diluvio—, vamos, que esta cuestión no hace otra cosa que sancionar que quien da primero da dos veces, y que independientemente del vehículo que zarpe primero, existen al menos un 99% de probabilidades de que el piloto que lo conduce se lleve la victoria si no acontecen circuntancias extraordinarias.

Por tanto, con todos mis respetos pienso que los renovados Red Bull siguen siendo un pequeño enigma que desentrañaremos tarde o temprano, a más tardar antes del verano, al menos como lo son los McLaren, los Lotus y los Mercedes AMG, puesto que a los Ferrari no los quiere nadie, ni siquiera como candidatos.

Bien, volviendo sobre mis pasos y aprovechando el triunfo de la austriaca el pasado domingo, quería comentar hoy que convendría que comenzáramos a valorar cada carrera del calendario no tanto por las exigencias mecánicas en relación a cada trazado, cuestión que también es importante aunque cada vez menos, sino por la adecuación de éstas al menú de neumáticos que propone Pirelli ante cada circuito, ya que con los antecedentes que obran sobre la mesa, son estos y no las anteriores, los que definen realmente cómo termina cada prueba.

Reconozco que suena raro, pero visto lo bajo que hemos caído, me parece que ahorraríamos todos en aspirinas, con lo que la Sra. Mato estaría la mar de contenta y nosotros sabríamos mejor a qué atenernos. En todo caso, es tan sólo una idea.

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