viernes, 27 de abril de 2012

Lobos solitarios


Lejos de la prisa por obtener resultados que siente el aficionado, incluso muchos profesionales de los medios de comunicación, los pilotos parecen ajenos a su influencia, no tanto porque no la tengan, sospecho, sino porque la gestionan de manera diferente a como hacemos nosotros.

Así, los pilotos acostumbran a sobrevolar la sesión con bastante antelación, sabiendo perfectamente cuáles son las citas más afines y cuáles no; en cuáles tienen posibilidades y en cuáles habrá que conformarse; en definitiva, cuáles son desechables y cuáles imprescindibles...

En este complejo mundo de lecturas transversales realizadas desde la altura adecuada, han sobresalido grandes nombres en la F1: Juan Manuel Fangio y Alberto Ascari son sin duda dos de ellos, aunque la calculadora por antonomasia lleve el de Alain Prost. 

Niki Lauda destacó en este asunto de leer las temporadas al completo, y también lo hizo Jackie Stewart, y antes que ellos seguro que hubo más, aunque que mis pobres recursos de casi recién llegado no acierten todavía a distinguirlos, pero el caso es que como con las meigas, hay que aceptar que haberlos, haylos, ya que los campeonatos suelen ser largos y los pilotos los abordan como si fuesen conflictos en los que cada batalla cuenta, ¡faltaría más!, pero guerras al fin, en las que no se debe dar nada por perdido, en las que hay que elegir el terreno adecuado, comprenderse a sí mismo para comprender después al enemigo, sus flaquezas y virtudes, y entender así dónde hacerle daño y dónde evitarlo, y si no se le puede superar desde el comienzo mismo de la temporada, saber cómo mermar sus fuerzas para intentar batirlo antes de que termine todo.

El paso del tiempo ha ido convirtiendo la F1 en un lugar en el cual sólo caben las victorias y en el que se ha desterrado el trabajo de hormiguita soldado que engrandece disciplinas como la resistencia, pero el valor indiscutible de la constancia y la gestión de recursos, por pequeños que estos sean, sigue plenamente vigente aunque haya quedado eclipsado por la brillantez momentánea que ofrecen los triunfos, de manera que estando ahí, parece que ya no cuenta.

Michael Schumacher, Fernando Alonso y Jenson Button, son a mi modo de ver los tres mejores exponentes de lo que vengo diciendo, obviamente desde los diferentes lugares que han venido ocupando durante la última década de nuestro deporte. Lobos solitarios, cada uno a su manera, tipos a los que les tira hacer la guerra por su cuenta, como hicieran Fangio o Prost, peligrosos sin duda, porque carecen de prisa o si la sufren no muestran sus síntomas, ya que tienen la vista puesta en todos y cada uno de los puntos que pueden cosechar o perder a lo largo y ancho del calendario, aunque existan pruebas que todavía no se han celebrado.

2 comentarios:

GRING dijo...

¡Esos aviones de 2 alas ...!. Antes de que las carreras top de automóviles se llamaran F1,hubo un tiempo donde las cosas no eran como ahora en casi nada, pero pura pasión,riesgo y competición sin duda.Solo la conocemos por los libros y algunas fotos e imágenes de cine documental.Uno de los primeros grandes duelos de la historia de este deporte: Tazio Nuvolari vs Achille Varzi. Pasión contra cálculo, puro talento contra análisis extremo. Quizás fuera Varzi el primer gran representante de esta línea que hoy continúa Fernando. Un saludo.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días, Gring.

Disculpa que anoche no cayera en la cuenta de que también habías escrito aquí ;P

Pues sí, amigo, llevas toda la razón del mundo en traer al hilo a esos dos grandes y sus rifirrafes XDDDD —Dios, a ver si encuentro un poco de tiempo y vuelvo yo también a los orígenes de todo esto, porque eran sabrosos de narices—, pero sin querer llevarte la contraria, pienso que Fernando tiene tanto de Tazio como de Achille, y eso es lo que le hace tan especial ;)

Un abrazote mañanero ;)

Jose