martes, 8 de julio de 2008

Donington no es Silverstone


Siguiendo el guión previsto, a estas alturas de la semana ya hemos sufrido una buena dosis de exaltación hamiltoniana, tanta como para decir ¡basta, por Dios, basta! Y como no podía ser de otra manera, para resaltar la supuesta exhibición del hijo de Anthony Hamilton se ha recurrido a compararla con la realizada por Ayrton Senna en Donington Park (1993).

Vaya por delante que soy bastante reacio a establecer comparaciones con otras épocas del automovilismo, pero llegado el caso, toca hacerla, siquiera para desbaratar el argumento. Senna corría aquel año con lo que hoy es un R28, más o menos (para que nos hagamos una idea de lo que daba de sí el MP4/8 que conducía), y todos sus contrincantes estuvieron en la pista para enfrentarse a él en igualdad de condiciones. Como quiera que el bueno de Senna ya había dado recitales parecidos con un trasto (Toleman Hart, Mónaco 1984) y con un coche mediano (Lotus 97T, Estoril 1985), lo suyo es admitir que Magic era «Dios sobre la pista», y dejarlo así.

Voy ahora con el nuevo ídolo, y la verdad es que lo hago sin comprender los ramplones análisis que se están realizando sobre lo ocurrido el domingo en Silverstone, pues en mi humilde opinión no basta con atender al volumen de doblajes o a la distancia obtenida por el hijo de Anthony Hamilton sobre el segundo clasificado para calificar de hito una carrera, o de recital la manera de conducir sobre agua con el único vehículo capaz de hacerlo (al McLaren de Heikki le faltaba o sobraba algo).

El tiempo obtenido por el héroe de Silverstone sobre Heidfeld fue de 68 segundos, y de 82 sobre Barrichello. Pues bien, tomándolos a ellos como referencia observamos que la diferencia no es tan abultada como a priori parece. En Australia, Heidfeld quedó a 6 segundos del primer clasificado; en Malasia, a 50; en Barhein, a 9; en España, a 63; en Mónaco, a 13; en Canadá, a 16; en Francia, a 62; y en Inglaterra, a 68, como ya he mencionado. Vamos con Rubens. En Australia no terminó; en Malasia fue doblado; en Barhein, quedó a 77 segundos de la cabeza; en España no terminó; en Mónaco, a 28; en Canadá, a 53; en Francia, doblado; y en Inglaterra, a 82, como ha quedado dicho.

Me he tomado la molestia de rescatar estos datos para concretar el escenario de discusión en sus justos términos, porque a su tenor, ambos pilotos estaban al final de la carrera en tiempos que les son habituales cuando ocupan posiciones más alejadas de las que consiguieron en Inglaterra. ¿Qué pasó entonces? Pues que entre ellos y el hijo de Anthony Hamilton no se encontraba ninguno de los que en condiciones normales suelen estar, así de sencillo, y en sintonía, antes de cantar loas y alabanzas sobre el británico, en sentido estricto se debería hablar del estrepitoso fracaso de los Ferrari, por ejemplo, o de la mala suerte que sufrieron Webber y Kubica, o de ambas cosas en el caso de Trulli y Alonso.

¿Qué hay de malo en admitir esta circunstancia? Lo único malo que veo es que el triunfo del hijo de Anthony Hamilton desmerecería y no sería posible lavarle la cara, como se está haciendo, después de sus lamentables actuaciones de Canadá y Francia.

Dicho esto, el susodicho condujo como sabe hacerlo: cojonudamente cuando no tiene oposición (a todas luces no la tuvo, y no entro a valorar de nuevo el extraño desinfle de su compañero Kovalainen), aunque también cabe admitir que jugó con fuego innecesariamente tratando de machacar a unos contrarios que ya estaban fuera de combate, lo que incide en su falta de madurez al volante, por otro lado ya demostrada en otras actuaciones de esta misma temporada.

Y a todo ello hay que sumar que el Safety Car no hiciera acto de presencia, pues de su ausencia se derivaron algunos descalabros importantes (Kubica, por ejemplo), y la condición negativa sobre algunas estrategias, porque por mucho menos ha salido en otras ocasiones y es lógico pensar que más de un ingeniero de pista lo estuvo esperando infructuosamente.

Con todo esto quiero reiterar lo que dije el domingo: merecida victoria, sí, pero nada de hazaña. Tuvo suerte, mucha suerte, y mal que le pesa a alguno también alguna ayudita (no es por nada, pero el encargado de poner el Safety Car en la pista es el mismo que le mandó la grúa en Nurburgring el año pasado: Charlie Whiting; y a Kova le están ocurriendo percances que recuerdan demasiado a los que sufrió Alonso en McLaren en 2007).

No, Donington Park y Silverstone no pueden ser equiparados salvo porque ambos circuitos se encuentran en Inglaterra.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Jose, permíteme que te tutée. Estupendo análisis, como de costumbre, y muy clarificador. Sigue así, por favor.

Saludos

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Hola, Nikey.

La verdad es que me sorprende que haya quien me trata de «usted», así que por mi parte prefiero el tuteo ;)

Y gracias por lo que me toca. Espero seguir amenizándoos con mi peculiar forma de ver las cosas el ya saturado mundillo de la F1.

Un abrazo sincero

Jose

Anónimo dijo...

Amigo, bien hallado, ya habia leido tu blog en el pasado. Y desde que leí tu entrada sobre McLaren siempre me refiero a dicho equipo como "el equipo de Ron Dennis".
Por despiste te habia perdido de vista, hasta que apareciste en el blog de Carlos Miquel.
TIENES TODA LA RAZON, es indignante, para los ingleses Lewis Hamilton es el "nuevo Senna" (manda coj...)
Si escuchas el último podcast de Autosport.com, les oirás decir que Lewis es el mejor piloto bajo la lluvia de esta época. (Sin coña)
En fin, los que disfrutamos viendo al piloto de Sao Paulo (y uno es incondicional de Prost) nos parece un sacrilegio. Me habría gustado ver a Lewis en el Toleman.
Vamos a ver si Kimi se quita el mal fario y el hijo de Anthony Hamilton este año tampoco...
Saludos

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas tardes a todos ;)

Estimado Prostvuelve, tu presencia en este sencillo lugar me llena de orgullo ;)

Los ingleses no cuentan ;), el primer triunfo en un Grand Prix lo consiguieron con un Bugatti italiano pintado de verde, y Magny-Cours siempre será el primer Gran Premio de la historia....

Y si me has leído, espero que que ya sepas que admiro al «profesor» más que a ningún otro piloto. Frío, racional, consecuente, pena que no tuviera un buen jefe de marketing. Y el paulista... Sólo he llorado por dos pilotos, uno fue Senna y el otro Villeneuve.

Un abrazo y bienvenido, y si te mola el chascarrillo inocente, pásate por http://es.groups.yahoo.com/group/nurburgring/ que allí andamos un grupete de amigos del Nano y de la buena F1 ;)

Un abrazote ;)

Jose