martes, 18 de diciembre de 2007

¡Que viene el coco!


Ya hay voces que alertan que Neslon Piquet va a dejar a la altura del barro a Anthony Hamilton en lo que respecta a la defensa de su hijo. No es para menos, Nelshino Piquet, nuevo compañero de Fernando, tiene un padre de órdago, y no por ser tricampeón mundial (1981, 1983 y 1987) y por tanto expiloto, sino porque el viejo se las trae con abalorios.

Nelson forma parte de esa porción de la F1 que por incorrecta viene a ser soslayada a favor de la caballerosidad con la que el establishment trata de edulcorar la realidad en el interior de la F1.

No es que le guste disfrazarse de gorila o abusar del alcohol de cuando en cuando, como nuestro vigente campeón mundial; no, Nelson es de los de antes, de los que además de disfrazarse de cualquier cosa o beber como un cosaco (no hay constancia, pero la cosa encajaría en su perfil) se descojonaban incluso del presidente de la FIA (Jean Marie Balestre, en su época); de los que mandaban a cagar a los periodistas; de los que se liaban a guantazos porque otro piloto les había sacado de la pista (Hochenheim 1982, con Salazar); de los que desestabilizaban sicológicamente a su compañero de equipo Nigel Mansell, diciéndole que su mujer era tan fea que ni borracho se la tiraría; de los que arriesgaban en la pista incluso ante el mismísimo Senna (Hungaroring, 1986). Un figura, vamos.

Cuenta la leyenda que en el Gran Premio de Mónaco de 1981, Bernie Ecclestone (patrón de Brabham) perdió los estribos porque su primer piloto no había aparecido en el box hora y media antes del comienzo de la carrera. Alarmado y conociéndole, invirtió varios minutos en llamar a las recepciones de los mejores hoteles de Montecarlo preguntando por si allí se alojaba la princesa. Una vez localizado y convenientemente despertado, Nelson aparecía para subirse a su vehículo a tan sólo 20 minutos del inicio de la competición...

Sin embargo, ante su presencia en los alrededores de Renault yo recomendaría calma. El problema de Alonso con Hamilton no ha sido originado ni por la omnipresencia del padre de este último, ni por su arraigada influencia. A lo largo de su trayectoria, el Nano ha demostrado ser capaz de lidiar con compañeros difíciles (Trulli, Fisichella), superando las sucesivas situaciones a base de trabajo sobre el asfalto, salvo en McLaren, donde lastraron su capacidad de respuesta para favorecer la chance de Lewis.

Personalmente, me preocupa poco la sombra de Nelson Piquet en el entorno de Renault. A lo sumo nos va a suponer un divertimento como otro cualquiera en el caso (Dios no lo quiera) de que Nelshino supere a Fernando a las primeras de cambio, cosa que ayudará a llenar algunas páginas en revistas y periódicos y si se tercia, a dedicarle una entrada en este humilde blog. En caso contrario, intuyo que Piquet senior va a resultar un magnífico aliado de Alonso, porque como buen piloto va a saber apreciar en lo que vale lo que el asturiano va a aportar a la maduración de su hijo, y es que Nelshino necesita crecer, y si la apuesta segura de Briatore es Heikki en McLaren, la bala en la recámara es el hijo del tricampeón mundial en casa, al lado de un bicampeón mundial y con un equipo renovado y dispuesto a ganar.

Nelson Piquet nos va a dar algún que otro quebradero de cabeza (no lo dudo, lo lleva en la sangre), pero estoy seguro de que se va a parecer bastante poco al televisivo, sonriente y sibilino Anthony Hamilton, porque sencillamente es de otra pasta, digamos que del estilo de Fernando.

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