lunes, 22 de octubre de 2007

Se acabó [Interlagos]


Aunque no sirva para nada, quiero levantar acta de un hecho trascendente que sin duda pasará inadvertido: Kimi ha ganado su primer entorchado, es cierto, pero a lograrlo no le ha ayudado Massa, sino Alonso.

Dije hace algún tiempo [La marea roja] que Fernando andaba llamando a gritos a los Ferrari para la cita brasileña, y que la aparición de Kimi en el horizonte debía ser considerada como el salvoconducto para la gloria o el desastre de McLaren. Pues bien, Dennis, Haug y Hamilton (y alguno más que me dejo en el tintero) han sido lo suficientemente idiotas como para seguir ahondando en la estúpida política de desigualdad de oportunidades que lleva rigiendo los designios del equipo de Surrey todo el año, primando la supuesta eficacia de un novato a costa de lastrar las oportunidades del único que podía haber hecho frente a los rossos. Vamos, como jugar a la ruleta rusa.

Dicho esto, como llevaba ocurriendo desde Canadá, en Brasil la estrategia de la escudería de Woking estuvo enfocada a satisfacer los anhelos del don nadie, originando a la postre la debacle porque un equipo que ha sumado 218 puntos, ha tenido que doblar la rodilla ante otro que sólo ha conseguido 204, pero que ha sabido gestionar de manera impecable la igualdad de oportunidades que toda escudería debe a sus pilotos, pero sin hacer ostentación de ello, que no hacía puñetera falta.

Así las cosas, con un coche claramente tarado, Fernando salía desde la cuarta posición sin que a la FIA le pareciera raro [Huele a muerto], y Hamilton, que lo hacía desde la segunda y con un cohete, sólo se preocupaba de que él, precisamente él, no le adelantara (como en Malasia, en Canadá, en Indianápolis o en Spa), sin interesarle para nada lo que hacían los Ferrari (como en Malasia, en Barcelona o en Francia), y así le fue...

La arrogancia es mala consejera, y en un novato que aún no ha desarrollado convenientemente sus espuelas: un peligro. Fernando lo sabía, y Dennis sabía que Fernando lo sabía, pero este fin de semana pasado, Ron prefirió hacerse el orejas (comportamiento que lleva siendo tradicional esta temporada), menospreciando al asturiano y desatendiendo el órdago que acababa de plantarle sobre la mesa.

Kimi (¡cómo me alegro por él!) se llevaba el campeonato con la ayuda de su colega Massa (¿no eran ilegales las órdenes de equipo?), y con la cantada (con do de pecho incluido) de la marioneta Hamilton, quien ha desvelado lo que ya sospechábamos algunos [Lewis Hamilton], que no es otra cosa que carece de la preparación que a todo campeón se le debe y que se mide en grados de experiencia. Lo siento por él, porque aunque es bueno (no me cansaré de decirlo), ha quedado visto para sentencia, porque o mucho cambian las cosas, o le queda un largo calvario por delante, porque esta era la última oportunidad que tenían sus valedores para rentabilizarlo.

Con todo, me quedo con la enorme sonrisa que decoraba ayer las caras Kimi y Alonso en el podio (el finlandés me recuerda a James Hunt pero no sé ni cómo ni por qué), y con la de circunstancias de Felipe (bueno, muy bueno, y respetuosamente leal, hay que reconocerlo), precioso anverso de la moneda que ha supuesto esta temporada cuyo reverso está dedicado al completo a un idiotizado y arrogante Dennis que no ha sabido, o querido asumir, que no se puede luchar contra el heredero de Schumacher sin pagar un alto precio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,

En público: enhorabuena por tu blog. El post de hoy brillante, como siempre.

Y sí, con Ferrari es tan solo el principio de una buena amistad...

Afortunadamente, ha entrado en escena una inesperada justicia poética que no ha hecho sino poner cada cosa y a cada cual en su sitio. Exactamente en su sitio.

¡Sigue así, amenizando los interminables días que quedan ... hasta que se vuelva a apagar el semáforo rojo!

Un abrazo,

Omar El Kashef dijo...

Aún está por ver que Dennis no dé por culo en los despachos para que le den la piruleta al conguito (dicho sea sin connotaciones racistas). Ahora lo que me interesa es saber dónde acabará Alonso. Ferrari estaría bien, pero con un flamante campeón y un segundo sumiso dispuesto a regalarle la primera plaza, ¿encajaría Alonso allí? Algunos dicen que puede volver a Renault. Sea donde sea, espero que le vaya mejor, que no será difícil.